Novela romántica versus novela erótica. (O… Hablamos de sexo)

 

couple-731890__340Desde hace algún tiempo la novela romántica ha virado del amor cortés, sentimental o platónico a un amor más “real”, con escenas eróticas o sexuales; descritas con más o menos arte. (No es que antes no se escribieran escenas de sexo, siempre han estado, era, ¿cómo decirlo…? de otra manera). La novela romántica se ha hecho más erótica.

Percibo que ese cambio no es del agrado de muchas lectoras, pero no creo que esto sea porque se asusten de tales descripciones, sino por el aumento de incluir escenas sexuales no solo en cantidad (incluso sin justificación en la trama) sino variopintas, que parecen más una sucesión de posturas del Kamasutra que de una trama romántica.

El sexo siempre ha estado, con mayor o menor medida, implícito en las novelas románticas; tal vez es algo que va con los tiempos. Antes se trataba de sentimientos, de escribir a flor de piel, se generaba emoción con un pequeño roce, una mirada, una puerta que se cerraba. Para ello contábamos con la sugerencia, se jugaba con las elipsis (supresión de una palabra o frase que puede comprenderse por el contexto), con lo poético. En la actualidad parece que somos más visuales, necesitamos la imagen que puede ser más o menos sugerente para llevarnos a la fantasía.

Quizás ahí estriba la confusión entre novela romántica y novela erótica. La diferencia está en incluir el amor, con o sin sexo; o el sexo, con o sin amor, en la relación de la pareja protagonista.

NOVELA ROMÁNTICA

NOVELA ERÓTICA

Conflicto centrado en la relación amorosa (romance) entre la pareja protagonista. Conflicto centrado en la relación sexual de la pareja protagonista.
Hilo conductor: el amor. Hilo conductor: el deseo, una obsesión, una fantasía, relación sexual.
Siempre tiene un final feliz. Los protagonistas acabaran juntos (con o sin boda). Los protagonistas no acaban juntos necesariamente.
Puede, o no, incluir escenas de sexo o eróticas, más o menos explícitas Incluye escenas de sexo o eróticas.

El erotismo es una herramienta que podríamos decir indispensable en la novela romántica. Hace referencia a todas las relaciones sensuales y no implica expresamente la descripción de la relación sexual. Se alimenta de miradas, de sugerir, de escenas y palabras con dobles sentidos o intenciones. Así se mantiene la tensión erótica que marca la relación amorosa. En novelas de regencia, por lo general, la relación sexual no tiene por qué aparecer; sin embargo, en novela romántica erótica sí. Podemos encontrar un nivel bajo, medio o de alto voltaje y ahí es donde ese subgénero puede tomar entidad propia. Esto es que las novelas románticas de alto voltaje pueden considerarse novelas eróticas, porque el conflicto está más en la trama sexual que en la amorosa, aunque esta se dé también. Pero la novela erótica tiene su límite cuando sobrepasa el sugerir para mostrar de forma cruda, obscena y explicita lo sexual. Hablamos entonces de novela pornográfica.

Por todos es sabido que una cosa en demasía cansa. He escuchado algunas veces eso de: “me he saltado las escenas eróticas”. Cada vez que lo escucho pienso si es que todas esas mujeres que lo dicen son reprimidas, si hablar de sexo aún da vergüenza o si en realidad se cansaban de tales descripciones porque había demasiadas en la novela.

Soy escritora de romántica y mis historias tienen escenas eróticas; puede ser que se me cuele alguna de más. En mi descargo diré que siempre son escenas que están justificadas por la trama y no aparecen cada dos páginas. Sin embargo, he escuchado estos comentarios y me han dado qué pensar. Eso me llevó a preguntarme por la cantidad de escenas eróticas que debería llevar una novela romántica. No he encontrado un consenso claro. Una vez leí que debía haber entre 5-7 escenas de ese tipo. La experiencia me ha llevado a comprender que la descripción detallada de más de 4 es excesiva. Por lo general es aceptable entre 3 y 4.

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Antes de decidirme a escribir mi primera novela romántica leí muchas. Quería, y necesitaba, saber cómo trataban otras autoras el tema del erotismo. Encontré de todo: desde las que eran comedidas a las que daban una clase de anatomía; las recatadas que se notaba cuando se saltaban la escena (y no precisamente con una elipsis) a las vulgares que no ponían nada literario en la descripción de los pasajes.

Hace unos años a las novelas románticas cargadas de escenas eróticas algún iluminado las clasificó como “porno para mamás” (¡Vaya! Debe ser que los “papás” no consumen estos libros, ni tampoco las películas). Reconozco que me preocupaba. En un mundo donde todo y todos somos clasificables me inquietaba que a mi novela le pusieran ese apelativo. (¿Qué iba a pensar mi familia, mis amigos?) Ya tenía bastante con la censura del que piensa que escribir una novela romántica es escribir una “novelita”, algo sencillo y sin sustancia. Ya escribí sobre este aspecto en otro lugar, os animo a leer aquel post: ¿Por qué leer novela romántica?

En literatura, la descripción, más o menos detallada, de escenas sexuales o eróticas no solo está en las novelas románticas. Se encuentra también en otros géneros literarios. No importa si es comedia, drama o novela negra, el sexo aparece con más o menos intensidad (véase Maestra de L.S. Hilton que, por cierto, es un thriller) Y es que, nos guste o no, el sexo vende.

Volviendo a la novela romántica y no entro en si es histórica o contemporánea, el sexo puede estar en ambas, creo que lo artístico del termino está en la sutileza de las descripciones. La novela romántica en la actualidad pide este tipo de escenas (dónde se ponga el peso en la trama: en el amor o en el sexo, estará la distinción de los subgéneros, ya lo hemos visto antes). Y, para ser honesta, también lo he dicho antes, lo mucho cansa, aburre (de ahí que muchas lectoras se salten esos pasajes eróticos). Por otro lado, ya que me he arremangado con el tema, quisiera hacer alguna mención al vocabulario que se emplea para describir estas escenas. Abogo por un lenguaje claro, pero sin ser vulgar; que sea metafórico, poético, literario, sin ser visceral ni obsceno. Jugar con los recursos estilísticos. Podemos encontrar un abanico donde hay novelas que van desde las muy sutiles, donde el lenguaje casi abstracto nos hace saber que ahí ha pasado algo, hasta aquellas que son tan explicitas y descriptivas que parece que estamos viendo una película y dejan poco a la imaginación. Cruzar la línea que hay entre sugerir y mostrar a una explicación/descripción muy directa y explicita ya no es erotismo, sino pornografía y eso sí sabemos detectarlo todos.

Para mí, la construcción de una escena erótica tiene que ver con el argumento; con los personajes que he descrito (con la personalidad que les he adjudicado); con la trama (si lo pide o no); con la tensión; con el ritmo; con la temática que estoy tratando y, sobre todo, si está justificada en un momento o en otro de la historia. La experiencia me ha permitido afinar más en sus descripciones, combinar afectos y sentimientos de los personajes con los actos y también controlar la cantidad de estas escenas para no cansar y sí generar expectación y tensión sexual a la trama.

Aprendo cada día de lo que los lectores me dicen, de los consejos que recibo. Así que espero mejorar a cada paso.

Mis novelas son románticas con escenas eróticas, sí, y su final siempre es feliz. Quizás, si no las conoces, te animes a leerlas y verás que no hay que rasgarse las vestiduras, que el sexo es parte de las relaciones humanas, de la vida, que es una de nuestras pasiones. Como dice una amiga mía: la sal y la pimienta de la vida.

cor Nuria Rivera

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9 comentarios en «Novela romántica versus novela erótica. (O… Hablamos de sexo)»

  1. En un momento uno de mis géneros preferidos era la novela romántica, me encantaba la romántica histórica porque permitía que la relación entre los personajes fuera creciendo poco a poco sin que el sexo interfierera en exceso, los personajes y el amor entre ellos eran los más importante, pero desde que surgió el fenómeno de 50 Sombras de Grey, todo se convirtió en erotismo. Sexo y más sexo, y a medida que ibas de libro el libro cada ver aparecía antes y más explícito, y al final todas las novelas resultaban iguales. Así que dejé de lado no este género, sino los libros que eran publicados bajo esa denominación y que resultaban más eróticos que románticos. Ahora sólo lo leo romántica en español de vez en cuanto y cuando sé que un libro vale la pena y de una autora que sé que desarrollará la historia correctamente sin abusar del sexo. Si quiero erotismo ya me compró un libro erótico como los de Shayla Black. Pero que no me vendan romántica cuando no lo es.

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    • Es cierto que a menudo se mezclan esos conceptos y que hay subgéneros en la romántica donde el sexo es más o menos explícito. Pero hay muchas autoras españolas que siguen fieles a la romántica de la que hablas. Quizás tengas razón y el fenómeno cincuenta sombras lo cambió todo, pero creo que es fácil distinguir entre unas novelas y otras, a menudo su portada es un claro indicativo.
      Muchas gracias por comentar.

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